Desde el cuadro ‘Inmobiliario’ tenían clara su postura desde el momento que The Strongest rechazó reprogramar el partido, algo que los cruceños habían pedido debido a los once casos de Coronavirus y otros tantos bajo sospecha en su primer plantel y también en la reserva.
«Viajaremos con siete jugadores de la reserva», había dicho el dirigente Pablo Chávez a Deporte Total. En la noche del viernes, parecía que el ‘Inmobiliario’ tendría más jugadores en La Paz por el comunicado que envió el club, pero esto no ocurrió y los cruceños no trajeron a más de siete jugadores.
Diego Valdivia, Enrique Troncoso, Brandon Guzmán, Kevin Rosas, Rodrigo Lino, José Mercado y Carlos Veles fueron los hombres que se vistieron de corto para evitar mayores consecuencias; Luis Marin Camacho fue el técnico, Nildo Guardia era el médico y Kevin Teodorovich ejerció como delegado.
Dentro de lo curioso de la jornada, es que desde la planilla que envió la Federación Boliviana de Fútbol, Esteban Orfano aparecía inscrito para disputar el partido como portero, algo que fue una equivocación y que terminó siendo el botón de muestra de lo improvisado que terminó siendo el compromiso.
Nada que hacer
Cuando la pelota se puso a rodar, los jóvenes jugadores que eran dirigidos por Luis Marin Camacho, intentaron competir ante The Strongest, pero eran conscientes de la realidad del partido que tenían que afrontar; Valdivia terminó siendo el portero, recibiendo tres goles en 10 minutos, hasta que su compañero Kevin Rosas señaló que no podía más y allí terminó el partido.
Rosas se marchó aquejando molestias en su tobillo derecho y fue entonces cuando Valdivia y Martelli se reunieron con Orosco para decretar la finalización del partido. Cuando los chicos de Pari se retiraron, recibieron el aplauso de los jugadores atigrados, que se quedaron con los puntos, algo que terminó siendo anecdótico.
Luego del partido, los jugadores se cambiaron en su vestuario y unos 45 minutos después se marcharon en una movilidad que llevó a los 10 miembros de Royal Pari directo al aeropuerto, para trasladarlos hasta Santa Cruz, después de un partido sin sentido, del que ninguno de ellos puede llevarse reproches.
Así vivió Royal Pari el partido de la vergüenza.