Italia y Argentina presentaron selecciones equilibradas para conquistar el título en ambos torneos

Euro y Copa América demostraron que el juego de conjunto es una de las claves para la victoria

Italia campeón de la Eurocopa y Argentina conquistando la Copa América pusieron fin a un período largo de ayuno de títulos en estas competencias. Ambas selecciones siempre fueron consideradas favoritas, pero no pudieron justificar este protagonismo, con actuaciones equilibradas. Los combinados de Inglaterra y Brasil presentaron serias dificultades colectivas y de ataque que comprometieron sus actuaciones.

Italia está en un proceso de renovación de sus ideas tácticas, con un realineamiento de sus características a lo que se practica en el fútbol moderno en Europa. Cambió radicalmente el esquema de juego practicado tras quedar fuera del último Mundial, disputado en Rusia en 2018.

Con Argentina, la situación fue un poco diferente, pues con el juego de conjunto y el sector defensivo más organizado consiguió realizar una buena campaña, siendo campeón invicto. En ediciones anteriores de la Copa América y en otras competiciones internacionales, la Albiceleste no pudo mostrarse colectivamente calificada, a pesar de contar en su plantel con jugadores que actúan de manera destacada en clubes tradicionales y/o emergentes de Europa.

Esta falta de esquema armónico hizo que la responsabilidad de «cargar» al equipo se quedara solo con Lionel Messi. En esta edición, el futbolista que fue considerado el mejor jugador del mundo, en varias ocasiones, tuvo la oportunidad de celebrar su primer título de campeón defendiendo a la selección nacional de su país.

Estos dos torneos, guardando las diferencias adecuadas en calidad táctica y técnica que tienen, demostraron que las cualidades individuales sirven para distinguir un equipo, pero solo si funciona el aspecto colectivo organizado y entrelazado una selección logra un buen rendimiento, que genera resultados positivos.

Las actuaciones de la selección brasileña en la Copa América, Inglaterra, Bélgica y Portugal en la Eurocopa, mostraron claramente este escenario. Se presentaron en condición de favoritos para conquistar el título no solo por tener jugadores de calidad que actúan en clubes europeos, sino también por la alta calidad táctica de sus actuaciones anteriores.

La selección portuguesa tiene nombres exponenciales en su plantel, pero el conservadurismo táctico utilizado retrasa el proceso de evolución de los equipos en la cancha. El técnico Fernando Santos tiene jugadores capaces de mostrar más eficacia ofensiva, pero prioriza las cuestiones defensivas sobre un esquema más ofensivo.

La selección de Bélgica tiene como sus mayores fortalezas la ofensiva y la calidad del mediocampo, que se han ganado elogios para la tan decantada generación belga de fútbol. Todavía no se han consolidado en el escenario mundial, porque en la Eurocopa presentaron un colectivo más frágil que en el Mundial, no siendo capaces de mostrar todo su potencial.

La selección de Inglaterra, que luchaba por su primer título de europeo, hizo una buena campaña en el torneo y tiene potencial para ser protagonista en el Mundial, que se jugará en Qatar. Parte de una idea táctica más conservadora, logra mezclar conceptos modernos como envolver al adversario a través de la posesión del balón.

En el partido final de la Eurocopa, ante Italia, los ingleses salieron en ventaja tras el gol tempranero y no se atrevieron a buscar ampliar el marcador, aprovechando el momento cuando fueron superiores en el terreno de juego. En el intento de mantener el resultado, bajaron sus líneas de marcación, dejando espacio para que la Azurra empatara. Inglaterra perdió el título, por la falta de efectividad en los penales.

Brasil, que está compuesto básicamente por jugadores que actúan en clubes europeos, no mostró una eficacia completa. Tuvo una caída en el rendimiento táctico en la Copa América, en comparación con el desempeño que había mostrado en las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de 2022.

Es sabido por todos que este torneo fue utilizado por el cuerpo técnico brasileño para realizar pruebas, lo que podría llenar vacíos en el grupo. Pero, el resultado mostró que se deberán realizar cambios de algunos jugadores probados y que se deben crear alternativas tácticas.

Contra su rival histórico Argentina, la selección brasileña fue ampliamente dominada y no fue creativa. Demostró ser colectivamente una selección desorganizada y las cualidades individuales no fueron capaces de crear verdaderas ocasiones de gol. La dependencia de Neymar estuvo latente, pero el buen rendimiento del delantero no fue suficiente ante la desorganización colectiva del equipo.

La falta de un juego de conjunto plenamente organizado estuvo presente en todas las selecciones que no tuvieron el éxito esperado. El exceso de confianza de los equipos, también, contribuyó a la desorganización colectiva de las selecciones.

(Fuentes: Sportstart, Insidesport, Globo Esporte, Ansa)

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