Sebastián Marset, un narcotraficante uruguayo de 31 años, es uno de los hombres más buscados de Sudamérica. También buscado por la Interpol y la DEA (Administración de Control de Drogas de Estados Unidos), con órdenes de arresto emitidas en Uruguay, su país natal, Paraguay y Bolivia. Fue en este último país donde fue encontrado el lunes pasado (31), pero logró escapar, destaca un artículo publicado por el medio brasileño ‘O Globo‘.
Marset tenía una vida de lujo en Santa Cruz de la Sierra, donde se disfrazó como jugador de fútbol. Disputó partidos transmitidos vía redes sociales y se lo puede ver en los resúmenes de esos encuentros publicados por la ACF en YouTube. El uruguayo jugó profesionalmente con un documento falsificado de la CBF. Afirmó ser brasileño y se hacía llamar «Luis Amorim«, detalla la publicación.
Sebastián de 31 años, con el número 23 en la espalda y un buen porte físico, jugó para el equipo Los Leones F.C. El Torno, disputando el campeonato de la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF).
Según el ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo Del Castillo, Marset ingresó al país en septiembre del año pasado y, con mucho dinero, logró fundar su propio club. Además de ser mediocampista, también fue el dueño y gerente. En un video que circula por las redes, el narcotraficante incluso concedió una entrevista antes de un encuentro importante.
Según datos de las planillas, aparece como futbolista registrado en Brasil, con el nombre completo de Luis Amorim Santos, con inscripción en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Los documentos son falsificados. Este no es el único vínculo entre el narcotraficante y Brasil: sospechoso de tener relaciones con el PCC (Primer Comando de la Capital) de Sao Paulo, Marset es el jefe de otra facción criminal, el PCU (Primer Comando Uruguayo), está acusado de liderar el flujo de producción de cocaína desde Paraguay a través del río Paraná. Desde varias partes del continente, la droga fue enviada a países como Bélgica y los Países Bajos.

La asociación cruceña, organizadora del campeonato, informó que está dispuesta a cooperar con las autoridades y la investigación, «al tiempo que refutó enérgicamente cualquier vinculación con el delito investigado».
JUGADOR EN PARAGUAY
Conocido como el «traficante de las 1000 caras» por su habilidad para esconderse con diferentes disfraces, Marset parece disfrutar interpretando el papel de jugador de fútbol. También fugitivo en 2021, se convirtió en jugador profesional del Deportivo Capiatá, un equipo de la primera división del fútbol paraguayo, que disputó la Copa Libertadores cuatro años antes.

El traficante estuvo alrededor de un mes en el club después de que un agente prometió a cambio una importante cantidad en patrocinio, 10 mil dólares que -según la dirigencia- nunca se pagó. Aún así, Marset disputó seis partidos oficiales por el equipo en la élite paraguaya. Cinco meses después de desaparecer de los entrenamientos sin explicación, el «jugador» fue detenido con un pasaporte falso en Dubai.
Sebastián Marset fue localizado el fin de semana pasado en una mansión donde vivía con su esposa y sus tres hijos. Incluso rodeado de más de 2.000 policías que lo buscaban, logró huir el lunes por la mañana, y se desconoce su paradero. En total, 12 personas fueron detenidas en el operativo, entre ellas dos futbolistas uruguayos, Lucas Casavieja y Christian Latorre, este último con destacada actuación en la primera división de Bolivia.
(Con información de O Globo)