La dirigencia de Wilstermann hizo reconocimiento de la cancha del estadio Sudaméricano Félix Capriles y salió satisfecha. Ahora, el Rojo Aviador se pone una misión: convencer a las autoridades que se pueda jugar la Libertadores en Cochabamba.
El presidente de la institución, Grover Vargas, señaló que desde el club trabajarán de manera incansable para que la localía de Wilstermann no se pierda, pues existe ese temor en la institución, si las autoridades consideran que el 15 de septiembre (fecha en la que el cuadro aviador debe recibir al Athletico Paranaense), aun no existen garantías para la reanudación de las actividades deportivas.
«Me tocará mandar cartas a la Gobernacion y a la Alcaldia y explicar que la llegada de los clubes no es para que vengan a hacer vida social ni mucho menos», expuso Vargas, quien indicó que la cancha está a un 80% de sus condiciones, algo que dejó tranquilo.
El presidente de Wilstermann se apuró en señalar también que cuando lleguen los equipos visitantes, cumplirán un protocolo estricto de bioseguridad y que el club se encargará de tratar como se debe al Paranaense y al Peñarol, rivales que deben arribar a Cochabamba en septiembre.
«Ellos (los equipos) llegarán en un vuelto charter, subirán a un bus que cumplirá con todas las condiciones de higiene, se los llevará al hotel en donde concentrarán y estarán completamente solos, jugaran el partido en el estadio a puerta cerrada y después del partido retornan a su país», señaló el máximo dirigente del cuadro aviador.
Vargas recordó además que todos los protagonistas que serán parte de la competencia tendrán las pruebas COVID-19 actualizadas y con garantías necesarias de no ser transmisores del virus, por lo que pidió la colaboración de todo el entorno para que la ciudad de Cochabamba pueda recibir el fútbol y Wilstermann ser local en el Sudamericano Félix Capriles.